Es duro

Es duro comprobar que han pasado casi tres semanas desde mi último post y sigo sin tiempo para actualizar adecuadamente (y sin encontrar moza que ofrezca algo más que peloteo para venirse a ver Les Luthiers conmigo).

Pero algo hay que hacer. Rebuscando en el cajón, he encontrado esto que escribí hace algún tiempo (ni me acuerdo de quién será el tal Emilio que se menciona).

ES DURO

Es duro decidir no salir un sábado de copas por la proximidad de los exámenes.

Es duro no cumplir la expectativas creadas durante toda la semana y acabar cediendo en el último momento. Aunque, como mal menor, vas a volverte pronto.

Es duro tomarte el primer Dyc-cola en lugar del tercio.

Es duro tener justificación: la cerveza deja peor resaca.

Es duro fijarte en la rapidez con la que avanzan las manecillas del reloj. No hay nada nuevo, la misma rutina de todas las noches, pero, no sabes por qué, hoy te lo estás pasando de puta madre, mucho mejor que cualquier otro día.

Es duro comprobar que ya han pasado cinco minutos de la hora límite y que te acabas de pedir otra copa. No tienes nada que hacer.

Es duro descubrir tu absoluta falta de voluntad. Has sucumbido, es un hecho, todo está más que justificado.

Es duro beberse el dinero del taxi, siendo consciente de que todavía faltan muchas copas por llegar.

Es duro no poder corresponder a las múltiples muestras de generosidad externa. Por lo menos eres agradecido.

Es duro dejarte convencer para entrar a esa chica y es peor su forma de rechazarte. Aunque lo verdaderamente malo es que te da igual, se ha abierto la veda, vas a tener una noche especialmente ridícula.

Es duro gastar por décima vez en la última media hora la broma de lo bien que estarías en casita estudiando.

Es duro acabar en un karaoke a las siete de la mañana, cantando “Así estoy yo sin ti”, dirigiendo tu mirada hacia una mancha difusa que, sospechas, debe ser la penúltima chica a la que has entrado y que, por efecto de tu miopía y el alcohol, no estás seguro de si te estará mirando siquiera, mientras le haces gestos definitivamente inequívocos de que Sabina escribió la canción adivinando ese instante.

Bueno, por lo menos Emilio se ha quedado dormido en el escenario.